Al fin he leído La carretera de Cormac McCarthy. Novelón. Tremenda, magnífica. Ceniza, oscuridad, ¿es el fin?, ¿hay esperanza?, ¿qué demonios ha pasado?, ¿es el hombre, la naturaleza? Somos juguetes del azar. Es de esas novelas que, en el momento en que comunicas a tus amistades más cercanas que la has leído, comienzan a recomendarte otras del mismo autor compulsivamente. Entre ellas, La oscuridad exterior, Ciudades de la llanura y sobre todo Meridiano de sangre, una obra —dicen— más compleja, pero no por ello menos entretenida, en donde toda la imaginería y el mundo de McCarthy se dan la mano. Lo comprobaré en su momento.
Al fin he leído La carretera de Cormac McCarthy. Novelón. Tremenda, magnífica. Ceniza, oscuridad, ¿es el fin?, ¿hay esperanza?, ¿qué demonios ha pasado?, ¿es el hombre, la naturaleza? Somos juguetes del azar. Es de esas novelas que, en el momento en que comunicas a tus amistades más cercanas que la has leído, comienzan a recomendarte otras del mismo autor compulsivamente. Entre ellas, La oscuridad exterior, Ciudades de la llanura y sobre todo Meridiano de sangre, una obra —dicen— más compleja, pero no por ello menos entretenida, en donde toda la imaginería y el mundo de McCarthy se dan la mano. Lo comprobaré en su momento.
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