El encargo de Friedrich Dürrenmatt.
Parece ser que
Dürrenmatt no solía utilizar el tema filosófico de la perpetua
“intervigilancia” humana en su narrativa, pero no puedo asegurarlo porque es el
único de sus libros que he leído hasta ahora.
Aislada entonces de su conexión estilística tradicional, lo que El encargo me parece es que es una novela atractivamente extraña en su concepción, una crítica avanzada al horror que supone el uso perverso de la tecnología industrializada, un observatorio laberíntico en el que la única certeza histórica —Kierkegaard mediante— es que hay una ambiciosa tensión humana que nos empuja hacia el vacío, el vértigo, el reino de la angustia. Continuamente.
Aislada entonces de su conexión estilística tradicional, lo que El encargo me parece es que es una novela atractivamente extraña en su concepción, una crítica avanzada al horror que supone el uso perverso de la tecnología industrializada, un observatorio laberíntico en el que la única certeza histórica —Kierkegaard mediante— es que hay una ambiciosa tensión humana que nos empuja hacia el vacío, el vértigo, el reino de la angustia. Continuamente.
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