30/12/2019


   Poesía en Roma. Hay algo de cuenta pendiente muy bien resuelta en este libro de Santiago Montobbio. Su padre escribió sobre el Trastévere y su madre adora las naranjas en jardines cerrados de la iglesia de Santa María, en el mismo célebre barrio. Cabe en este diario de viaje poético la esencia sensorial del mundo. La familia, el café, los helados, la mitología literaria, la noche, el mar romano, la santidad, la amistad de Carmelita, los hoteles, las libretas de piel en las que escribir de manera desenfrenada entre los miles de espacios, itinerarios, tiempos y tempos que ofrece la ciudad, sus ruidos y silencios, música sagrada, España en Italia, Barcelona en Roma, libros y estatuas. El libro es la forma de la estatua; el hombre, la materia. Como advirtió José María Álvarez: «Si me pierdo, buscadme en Roma».




ACABO el poema, levanto la vista
de la libreta y veo un gato negro.
Un gato de Roma. Un gato entre
las ruinas. También así tantas
veces los poemas.

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