30/1/2007


   Javier Huecas nos invita a su estudio de la calle Granada. Quiere que veamos una parte de su Trilogía del horror y los acrílicos que está dibujando basados en poemas de Margarit para el monográfico.
   Lola, la mujer de Huecas, manda a jugar a Darío al piso de arriba con su hija María y su perrita Clara. Sabe que el horror sólo puede ser “disfrutado” por los adultos. Javier compra cerveza, Lola saca un vino y nos piden música para ambientar la visita. Primero, el Animals de Pink Floyd, luego la trilogía última de Tom Waits. Ambas son apropiadas para contemplar las tijeras, las ratas, los ciegos y los cuchillos de Huecas.


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