3/2/2007


   Visita de Pablo Castellanos, mi querido primo de Comodoro. Como estoy advertido de su llegada, dispongo con la familia un horario de sábado en el que esté libre hasta la noche. La conversación con Pablo está centrada últimamente en dos temas: experiencias de viajes y lecturas sobre autoconocimiento. Lleva un libro de Ken Wilber bajo el brazo. Tiene la etiqueta de la biblioteca pública de Barcelona, donde ha estado residiendo desde septiembre. Me cuenta el funcionamiento del centro de meditación para el que ha cocinado durante el otoño, sus carreras en bicicleta por la llanura barcelonesa, su interés por el taoísmo, el zen, el vegetarianismo abierto, la consciencia necesaria de alcanzar una nutrición acorde con la escucha de nuestro cuerpo. Ya no se siente mal por llevar este modo de vida, este equilibrado nomadismo mientras la gente muere de hambre en poblados de Uganda.


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