4/2/2007


   Sin levantarme de la cama he terminado de leer Después de la poesía de Álvaro Salvador. El aforismo es un género peligroso, porque su naturaleza es soberbia, superior incluso a la del ensayo científico, ya que éste se esfuerza en la demostración empírica antes de desembocar en el aforismo.
   A mitad de libro he llegado a uno de los que han generado más polémica. Trata de llamar la atención —todo aforismo es una llamada de atención— sobre la hipocresía de la sociedad al aplaudir el hecho de que un niño con deficiencia mental pueda obtener una licenciatura universitaria. Lo cierto es que me ha hecho rumiar durante todo el resto de la mañana y de la tarde. Uno, las veces que ha visto noticias como ésta en el telediario, ha pensado inmediatamente: «Este alumno se ha licenciado en Historia. ¿Podría hacerlo en Ingeniería Industrial?». También he recordado a un actor deficiente que bordaba el papel de deficiente en un serial televisivo de los años 90, Gorki. Ya no le he dado más vueltas al asunto. Me he acostado leyendo un nuevo número de Rockdelux. Carla Bruni ha sacado nuevo disco.


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