24/7/2009


   He leído Despliego mis alas de Aïcha Bassry.

CHAMA

Señaló
con su pequeño dedo:
“Quiero esta uva”.
“No es real,
cariño”.
“Quiero una granada”.
“No es real, mi pequeña”.
Pataleó,
arañó,
durmió con lágrimas en los ojos.
Al despertar,
fresca como la mañana,
se desperezó.
Con inocencia infantil
confesó:
“Mamá,
en mi sueño
me comí el cuadro”.


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