He
leído La llama bajo los escombros de
Julio Monteverde.
El verde excesivo
que revienta la
retina.
El azul soberano
y su presencia en el
aire.
Has querido ver el mar
en lo pequeño,
y la luz de los
inviernos
te ha sumido en la
tristeza definitiva.
El amarillo se
despliega
dentro del nombre de
la noche.
Ah, farsante, viejo
perro ¿para cuándo la verdad?
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