26/9/2012


   He leído ¡Arriba, Corazón! de Osvaldo Dragún.

   —CORAZÓN HOMBRE: Me voy pronto. (El Negro lo mira, como disculpándose). Me contrataron en… (Lo mira. No puede seguir hablando. Se rompe. Recuesta su cabeza en el pecho del Negro). ¿Por qué vos tenés un lugar y yo no? ¿Por qué no podés ser un cobarde y volver, y te rompen la cabeza y la nariz, y te quedás solo, sin mujer, y tus hijos tienen otro padre, y olés este olor a podrido y te parece perfume, y te comés los chanchos de tu cuñado, pero éste es tu lugar… y yo necesito recostar mi cabeza en tu pecho para que no me salte en pedazos? ¿Por qué, Negro, por qué?
   —NEGRO: ¿Por qué no dejás de joder que se nos va a hundir el bote, moishe?
   —CORAZÓN HOMBRE: (Pausa. Lo mira). ¿Me querés un poco, Negro?
   —NEGRO: (Burlón). Con tanto viaje, tanto viaje se aprenden malas costumbres. Mi viejo tenía razón.
   —CORAZÓN HOMBRE: ¿Me querés, Negro?
   —NEGRO: ¿En serio te importa?
   —CORAZÓN HOMBRE: Sí.
   —NEGRO: ¡Entonces, jódete! ¡No te voy a decir nada! (Se pone de pie).


Comentarios