8/11/2013


   Después de haber echado un vistazo a varios libros de Aleixandre en mi juventud universitaria, vuelvo a coger una antología. Es de Joaquín Marco, pero parece una de tantas, porque no es una edición crítica y el antólogo tampoco se esfuerza mucho en argumentar su selección. No sale uno muy alegre con los textos “aleixandrinos” escogidos. Creo que, aunque quieran ofrecer una visión completa de su larga trayectoria, no me ofrecen la altura sostenida que yo recuerdo del mejor Aleixandre. En fin, para gustos, colores, ya sé.
   De cualquier manera, se encuentran, cómo no, poemas extraordinarios. Éste es uno de ellos:




EL SUEÑO

Hay momentos de soledad
en que el corazón reconoce, atónito, que no ama.
Acabamos de incorporarnos, cansados: el día oscuro.
Alguien duerme, inocente, todavía sobre ese lecho.
Pero quizá nosotros dormimos… Ah, no: nos movemos.
Y estamos tristes, callados. La lluvia, allí insiste.
Mañana de bruma lenta, impiadosa. ¡Cuán solos!
Miramos por los cristales. Las ropas, caídas;
el aire, pesado; el agua, sonando. Y el cuarto,
helado en este duro invierno que, fuera, es distinto.

Así te quedas callado, tu rostro en tu palma.
Tu codo sobre la mesa. La silla, en silencio.
Y sólo suena el pausado respiro de alguien,
de aquella que allí, serena, bellísima, duerme
y sueña que no la quieres, y tú eres su sueño.

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