12/11/2013


   He releído El manifiesto comunista de Karl Marx y Friedich Engels. Parece una edición de las que regalan los bancos, o regalaban, a sus clientes vips. Más chocante aún es su editor: ¡Silvio Berlusconi Editore! Me llegó de regalo por unos familiares italianos. El Cavaliere es un cínico redomado. Digamos que se permite el lujo de editar —para regalo— los textos de sus enemigos naturales y morales. Si esto no es un trabajo conceptual, que venga Dios y lo vea.




   Una edición exquisita, todo hay que decirlo: empaquetado de lujo, con estuche rojo... Como la alfombra al rival caído.
   Lo leí, como tantos jóvenes, a los diecinueve años. Fue deprisa y corriendo una tarde en la biblioteca de la Facultad de Letras, porque venía el poeta peruano Antonio Cillóniz a recitar a Murcia y nuestro profesor, Vicente Cervera Salinas, nos había adelantado que Cillóniz era marxista.
   En su relectura no lo veo un libro especialmente difícil. Desde luego, no más que otras lecturas filosófico-políticas de autores post-marxistas. Me dicen —aún no lo he leído— que El capital es su obra más compleja.
   En cualquier caso, es uno de esos “libritos” influyentes en la Historia, como la Biblia o el Coránaunque a veces me quiera quedar solamente con el comunismo de Coleridge.

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