15/1/2014


   He leído Quince céntimos el minuto de Toño Jerez.
   Hubo un tiempo en que aplicar el adjetivo “urbana” al sustantivo “poesía” se convirtió en una tendencia explotada hasta la saciedad, llegando incluso a ser peyorativo.
   Aquella moda pasó.
   Muchos líricos volvieron a masturbarse en el campo o frente a un cuadro abstracto.
   Ahora leo poemas como ‘Conciencia de látex’ o ‘Parlamento monocorde’ y da gusto decir eso de «esto es poesía urbana» libre ya de antiguas directrices.


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