30/3/2014


   No es tan difícil. Para no caer en la tristeza suelo pensar en mis amigos o familiares muertos, en los sueños que tenían y que se cortaron de cuajo por un accidente o una enfermedad fulminante. Dicen que no se puede estar pensando siempre en la muerte. Yo pienso cada día en ella. Y eso, por ahora, me da la vida.


Comentarios