He leído Morir es un estado permanente de Joaquín Ortega Parra.
Un poeta social pre-crisis. ¿Qué raro, verdad? Pues alguno hubo entre finales del siglo XX y comienzos del XXI. Sin embargo, eran vistos gente con un discurso soviético casposo, con olor a armario alcanforado de posguerra, algo realmente muy lejano en la conciencia de lectores exquisitos, escritores subvencionados y jurados de premios literarios. Sí, muchos de ellos ahora han desempolvado la tricolor o cobran bien su indignación tras un micrófono o una cámara en variopintas tertulias.
Pero este libro, y otros como éste de mejor distribución, eran invisibles en el micromundo de la poesía, porque se escribió en 2005 y España aún andaba enfarlopada de fantasía.
Tal y como tituló La Polla Records su undécimo disco en 1999: «Toda la puta vida igual».
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