16/6/2014




   Acabo de leer Los retratos de Luis Alberto de Cuenca. Para fanáticos “albertodeconquenses” será un libro simpático y, por supuesto, digno de figurar en cualquier biblioteca de lector de novísimos, pero si nos ponemos microscopio en mano, este libro se queda en graciosa desmesura juvenil, ejercicios veinteañeros de esteticismo decadentista, versos surrealistas un pelín alcanforados.
   Resumiendo: sólo para coleccionistas.

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