29/6/2014


   He leído Como un discípulo del lobo de Douglas Bohórquez, otra muestra más de que la poesía venezolana contemporánea vive unas décadas de gracia. Aparte de picar un poco de Juan Liscano, Eugenio Montejo, Rafael Cadenas o Guillermo Sucre, realmente no le presté la atención adecuada a autores de Venezuela hasta que la editorial Candaya editó Todos han muerto, la obra completa del deslumbrante José Barroeta. Acabo de conocer a Douglas Bohórquez y este autor de Maracaibo se une a la nómina de intereses literarios venezolanos. Seguiremos leyendo con gusto caprichos así.




   Copio un poema breve:

Más placentero que conducir un Ferrari
último modelo
por las carreteras del sur de Francia
es hacer el amor
cuando ella lo desea
desde el fondo mismo
de su profundo árbol genealógico.

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