11/5/2015


   Autopsia de Miguel Serrano Larraz.
   Con la narrativa del yo uno debe tener mucho cuidado porque te cuelan cada truño masturbatorio impresionante. Esta “novela forense” está muy lejos de ello. Su autor despacha magistralmente su infancia y juventud, sus peculiares satélites y los traumáticos meteoritos que atraviesan ese planeta enterrado entre el colegio, el instituto y la universidad.
   Los escritores nacidos en el primer postfranquismo ya se han convertido en mamás y papás tardíos, y poseen la “serenidad moral” para moldear un retrato consistente de su generación: los niños, adolescentes y jóvenes que veían a Alaska en La bola de cristal, a Miriam Díaz-Aroca en Cajón desastre y a Pearl Jam en la MTV. Y también leían y se drogaban, claro. Algunos mucho.


Comentarios