2/2/2015


   He leído Desierto de Jim Morrison. Este artista me abrió de chaval muchísimas puertas mentales y sensoriales, como a tantos millones de personas en el mundo desde hace más de cuatro décadas. El paso de los años, superada la mitomanía adolescente, no ha reducido mi admiración, más bien todo lo contrario. Qué pena que haya tan pocos como él en cada siglo. Sus poemas, desnudos de la maravilla que salía de su garganta india y de las manos de Manzarek, Krieger y Densmore, no son más que una extensión adaptada de sus letras para canciones. Copio uno:


El bourbon es un horrible brebaje, recuerda
la leche de los valientes, veneno refinado
de cucaracha y corteza de árbol, hojas
y alas de mosca raspadas del
suelo, una densa membrana; los fluidos
menstruales sin duda añaden su esplendor.
Es la bebida del águila.


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