10/6/2015


   He leído Principio de gravedad de Vicente Velasco. Copio el fragmento final del poema ‘Astronaut down’:
 
Vuestro ruido no llega aquí arriba. Estúpidos.
A nada le importan vuestros deseos. Aquí
no hay tristeza ni espera y eso es más
de lo que nunca podréis conseguir. Ya sabéis
que desde aquí arriba no se ven las fronteras
ni vuestras casas. Pero sé que vuestra existencia
es una casualidad mientras vosotros os aferráis
a la idea infantil de que vivís una vida repleta
de causalidades que os diferencien de los demás.
Muy fascistas en el fondo, queridos amigos. Aún
así albergo la esperanza. Hay rincones, esquinas,
sótanos, bares que aún recuerdan a la tribu,
hablar y reír, incinerar en la hoguera
lo poco que sabemos del ser humano.
Llorar con un whisky roto en la mano. Sí,
asalariados del capitalismo, explotados
por la sexualidad y la drogadicción,
de la felicidad como resignación. Sí,
fanáticos míos,
aún se toca jazz en el gueto
y en todo este tiempo es lo único que he escuchado.
 
La atonalidad del universo.

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