8/8/2015


   He leído Jazz y días de lluvia de Antonio Martínez Sarrión. Copio un fragmento de estas memorias:




   Jaime Gil de Biedma nos citó al caer la tarde en su elegante piso de Maestro Pérez Cabrero 6, una zona de la alta burguesía a la derecha de la Diagonal. Abrió la puerta y nos informó que acababa de llegar del gimnasio, lo cual, para una tarde de julio, revelaba una fuerza de voluntad considerable. [...] La cena discurrió de maravilla. Jaime se encontraba feliz, distendido. Desplegó su encanto, su inteligencia, desenvoltura, gracia y brillantez, sin olvidar los puntazos, falsamente casuales, y de infalible efecto. Bebió aquella noche con total moderación y, con los cafés, Gimferrer propuso la lectura de poemas míos, si a Jaime no le importaba. “Todo lo contrario”, etc, etc. Me armé de valor, respiré hondo tratando de que no se me notara el temblor en la voz y ataqué la lectura de dos o tres, no muy extensos. Al callarme, Gil de Biedma se quedó pensando unos segundos y dijo después:
   —¿Cómo coño puedes ser tan decadente, habiendo nacido en Albacete?

Comentarios