He leído y visto Gran Fin. Esta portada parece la de una historieta infantil o la de un cómic entre lo naïf y lo underground. Y su título parece básico, facilón. Ninguna de las dos cosas es cierta. Otra vez trampeados por las apariencias.
El título de este primer libro de Monoperro responde a la influencia que tiene una carta del tarot, Gran Fin, y su contenido son diferentes textos y dibujos que dinamitan el concepto de autoconocimiento y revientan, parodian y comprenden lo que el autor ha denominado «animismo urbano».
Gran Fin es una publicación de riesgo que editores intrépidos como los zaragozanos de Jekyll & Jill no dudan en ofrecer al lector fronterizo.
Heterodoxia viva o ¡viva la heterodoxia!
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