5/10/2015


   He leído La pasión de la libertad. Alfredo Rodríguez consigue profundizar en un género literario —la entrevista— que normalmente se reduce a un solo libro cuando se trata de un diálogo hondo con personajes de relevancia cultural internacional. Obviamente, José María Álvarez no es Mahatma Gandhi, ni Picasso, ni Borges; sin embargo, es el protagonista de este ¡segundo! volumen de entrevistas y, al parecer, si los rumores que me llegan son fiables, hay preparándose un ¡tercer! tomo con otro armamento de preguntas cargadas de admiración incurable.
   El promotor de esta honda conversación prolongada entre París, Pamplona y los caminos de Internet está también ennobleciendo artísticamente la mitomanía literaria, tan desprestigiada, tan acusada de pueril o poco inteligente, más aún en los tiempos que corren, que son de una fragilidad tan peligrosa.

   Pues nada, aunque vivamos bajo el dominio del antiheroísmo, ahí sigue picando el mitómano pamplonés, más abajo aún, negándose a cortar el cordón umbilical que le une a uno de los mejores poetas europeos vivos y haciendo que una entrevista leída —no vista ni escuchada— siga teniendo sentido, riqueza y, además, siga elevándote por momentos en su lectura como una fiebre de maravilla adolescente.


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