21/11/2015


   Un poema anónimo del siglo XVII:

Es largo como un palmo,
tieso cuanto puede ser,
con pelos a la redonda,
y se carga y descarga
en poder de una mujer.

Pelusa por fuera,
pelusa por dentro:
alza la pierna y métela dentro.

Carne nació sin gueso
lo que en la mano tomastes,
y luego se puso tieso.
Espántome mucho de eso,
que una mujer honrada
sea tan aficionada
a palpar carne sin hueso.

Entre dueñas y casadas
preguntan doncellas tiernas
qué es aqueso que, acostadas,
les meten entre las piernas:
es largo, liso, redondo
y con un horado al cabo,
y va, de zumo cargado,
y descarga en lo hondo.


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