3/6/2016


   He leído Escritores y editoriales, modo de empleo de José Miguel Desuárez. Me despierta curiosidad que el director de una editorial pequeña, llana y marginal como la sevillana Hipálage publicara un libro regalando abiertamente su experiencia al frente de la misma. No conozco casi nada de su catálogo, pero sé que en Hipálage se editó un poemario que tengo entre mis caprichos recurrentes desde hace cuatro años: Tu suerte está en Ispahán de Natalia Carbajosa.




   Desuárez divide este ensayo ─estas memorias o este manual de instrucciones─ según esté hablando como editor o como autor. Me interesan especialmente sus observaciones como editor. Copio una de ellas:

   Las editoriales grandes disparan con ametralladora, y es lógico que acierten, ya que abren un abanico muy grande de posibilidades, al malgastar tantas balas al mismo tiempo. Los editores pequeños son francotiradores: tienen pocas balas, muy escogidas, y han de cuidar bien en qué momento disparan, porque lo perderían todo tras varios fracasos seguidos.


   La aventura de la editorial Hipálage finalizó en 2013.

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