3/8/2017


   No llegué a conocer en persona a Eduardo Chirinos. Íbamos a ir a verlo desde Almería a Granada, donde daba un recital. Un par de amigos y yo teníamos preparado el desplazamiento, pero un asunto laboral echó por tierra el plan. Me quedé con las ganas. Había leído con entusiasmo su excelente Breve historia de la música, le había publicado unos cuantos poemas en la revista El coloquio de los perros, nos habíamos carteado varias veces y él me había enviado desde Missoula su miscelánea Los largos oficios inservibles. Llevaba el magisterio en las venas y, aparte de un excelente poeta, transmitía una energía especial a la hora de escribir prosa crítica y crónicas de anécdotas y conversaciones con insignes contemporáneos.
   Ahora que Eduardo no está entre nosotros cae en mis manos este diamante publicado por la editorial Visor, Abrir en prosa, que está ofreciendo en su colección de ensayo maravillas a la altura de ésta.




   Aquí Chirinos disecciona de manera extraordinaria el poema ‘A Roosevelt’ de Rubén Darío; profundiza en Altazor de Vicente Huidobro, cruzando en su análisis al creacionista chileno, por arte de brujería universitaria y universal, con Heidegger, Trilce o Slavoj Žižek. Nos entrega reflexiones de auténtico malabarismo académico en las lecturas que hace de otro poeta chileno, David Rosenmann-Taub, de los argentinos Olga Orozco y Juan Gelman, los peruanos Carlos Oquendo de Amat y Javier Sologuren, y de Mark Strand, estadounidense que pasó su adolescencia entre Centroamérica y Sudamérica.
   Termina con dos artículos que son una fiesta sabia: ‘Del poema largo y sus alrededores’, en el que repasa algunas visiones y extensiones de Derek Walcott, Octavio Paz, William Carlos Williams, Neruda, Lezama o Gorostiza —volviendo continuamente, cómo no, a Altazor— y ‘Cuando el cuerpo y el papel hablan’, donde pone el acento en el peso filosófico sobre el que se inspira la “versura” de caligramas de Apollinaire o Jorge Eduardo Eielson, así como la expansión sonora en textos de Alfredo Mario Ferreiro o Carlos Germán Belli.
   Crema fina para los que gusten de otras maneras de estudiar el verso americano.

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