23/12/2017


   El vuelo del flamenco. Siempre es motivo de alegría el nacimiento de una revista literaria en papel. Esta se publica desde el Centro Cultural de un antiguo barrio de pescadores de mi ciudad, el de Santa Lucía. La imagen de El vuelo del flamenco, según nos cuenta su coordinador principal, Lázaro Díaz Andreu, «es la metáfora de la propia revista, que une voces que alzan el vuelo por primera vez con otras que solemnemente retornan al cielo. Brillantes siempre, como el plumaje blanco, negro y naranja de los flamencos; como las portadas, páginas y letras de la revista».
   De las voces que aparecen en este primer número destacaría la promesa de fuerza de alguna estrofa de Ana Belén Úbeda Bernal, algún verso de Pablo Serrano, la liquidez abstracta de Gala Hernández y este texto en prosa de Francisco Cenamor:




   [yonkis]

   He tenido un sueño. Me sentaba a contemplar el lugar donde viven los negros, con sus lavadoras, sus televisores, su libertad. Soy un orgulloso negro americano con la sangre agujereada. La saliva comenzó a salir de mi boca empapando la ropa nueva recién sacada del contenedor. El edificio empezó a empequeñecerse, ocupé todo el espacio. Al fondo del pasillo pude ver el espejo. Traté de tocarlo. Bubbles, dijo un cuerpo a mi lado, esta mierda es grande. Soy un negro orgulloso, me llamo Martin Luther King y soy un yonki. Ahora el policía es un negro, el camello es un negro, el que hace las tablas de la Ley es un negro, el que mueve las figuras sobre el tablero es un negro. He tenido un sueño.



         Larga vida.

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