13/5/2017


   Te vendo un perro de Juan Pablo Villalobos. Me estaba perdiendo a este mexicano. ¡Nadie me había avisado! Excentricidad de inicio a fin, burla, parodia al mil por cien, caiga quien caiga. En esta rápida mojiganga azteca de prosa deslizante hay pocos espacios para el aburrimiento. Como mucho, ocurre que a veces quieres pedir un break de tiempo de seriedad o de solemnidad, o espiritualidad, aunque sea por cuatro o cinco páginas, pero qué va, apenas da oportunidad de coger aire para entrar de nuevo en la acción nerviosa de este refresco.
   No sé si me divertiré tanto con otras novelas de Villalobos en el futuro, pero si el tiempo y la salud me lo permiten, prometo regresar a su obra.


Comentarios