Me llegó a casa un interesante
libro de relatos desde Canarias: Arráncame
la vida de Gabriel Cruz. Tenerife aclimata la mayoría de estos cuentos bañados en música, humor biliar, tragedia, calle, mucha calle. Hay pavimento
negro hasta dentro de los hogares donde respiran fracaso sus personajes.
Lo edita Baile del Sol. Una editorial tinerfeña publica a un
autor tinerfeño que me regala un buen amigo tinerfeño de un buen amigo mío,
tinerfeño también, ya muerto: Ezequiel Pérez Plasencia. La muerte de Ezequiel sigue
supurando e irradiando “tinerfeñidad” en el baile mestizo de los vivos. Sea.
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