Lo que me está pasando de Miguel Brieva.
Exploración de un océano depresivo en el que Víctor Menta
Espinosa, superado por las circunstancias sociales que le rodean y las
existenciales que le estrangulan la fuerza, escribe un diario donde potencia sus
temores y alucinaciones, ayudado por su medicación y el frecuente consumo de
tabaco verde. Así, con el grafismo y la literatura en agraciada comunión —un
acierto decorar la entrada de varios capítulos con dibujos de figuras minerales
ficticias y citas muy bien escogidas de Enric Selt, Pessoa, Chesterton, Hunter
S. Thompson, Buñuel, Zappa, Dylan y Kafka—, nos conduce a unas imágenes y
situaciones tan excesivas como contradictorias, a un humor político ilusorio, en espiral, sombrío. ¿Desagradable?
Mandanga de la buena, que diría aquel.
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