16/12/2018


   Al final del estudio que enriquece el catálogo de la exposición Lugares del olvido de Antonio Gómez Ribelles, el profesor Francisco José Sánchez Montalbán concluye: «En los Lugares del olvido hay un fotógrafo que dibuja, hay un pintor que escribe y hay un artista que habla y que traduce las agrestes batidas del tiempo en océanos de conmemoración».
   Como algunas teorías biológicas intentan explicar que nuestra plenitud en la observación del mar se debe a la llamada del origen acuático de los humanos, Gómez Ribelles pinta, fotografía y traduce este canto a la materia como eje del tiempo.




TIEMPO

Existir nos obliga a hacer cosas.

Pequeñas fotografías aparecen en las cajas.
Pretendían la presencia permanente.
Apartarse para ser una mirada. No hacer nada.
Mirar a quien los mira.

Sé que el tiempo arrastra a quienes nos abandonan, que serán memoria mientras alguien los recuerde y, luego, también a ellos los llevará. Todo será olvido. Sólo la materia es capaz de mantenerlos, en un espacio sin tiempo. El hallazgo hará que vuelvan del lugar del olvido, serán objeto asombrado. Por eso amamos las fotos, las piedras y las calles, porque en ellos el tiempo vuelve del abandono.

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