Vino para los náufragos de José Alcaraz.
Hace unos meses, en el marco del festival Deslinde, la
revista El coloquio de los perros
celebró los dieciocho años que lleva ladrando literatura al mundo desde las
trincheras digitales. Fue en el espacio cultural de la sala Tántalo, ahora
llamado Athenas Club.
No cabían más poetas o lectores de poesía por metro cuadrado
en dicho espacio. Pasaron por el micrófono muchos autores que han colaborado
generosamente con la revista desde octubre de 2000.
Se hizo un silencio perfecto cuando José Alcaraz subió al
escenario, justo cuando iba a empezar a recitar. Eso quiere decir algo.
Ahora termino de leer Vino
para los náufragos y me sigo sin extrañar de ese silencio que provocó el
respeto colectivo a un talento en pie.
DESEO
Vecino de los sueños o
de enfrente,
que la sonrisa sea
cierta, que guarde alguna llama,
que no la sople de un
suspiro, cerrándose,
la puerta de casa
cuando entráis.
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