Animalicémonos de David González Lago.
Luperca no amamanta
más codicia.
No quiere que se
funden más ciudades.
No quiere mantener más
religiones.
No quiere alimentar
más hombres-lobo.
Luperca ya no sabe dar
más leche.
La loba se marchó del
Capitolio.
Ha vuelto cabizbaja a
su caverna.
Nadie le habló de
entre tanto ruido.
Pensó que daba leche
y estaba dando
infamia.
Nadie le contó la
verdad.
Todos quedaron mudos.
Incluso Hobbes.
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