4/6/2019


   Siete y punto (Antología joven de poesía en Cartagena).
   Los jóvenes poetas de mi ciudad natal deben agradecer a Antonio Marín Albalate (coordinador de esta antología, de las que ya se han hecho y de las que aún vendrán sobre la cantera poética cartagenera) su vocación de detector de metales preciosos, su pericia a la hora de remover la batea y limpiar la grava y la tierra con las corrientes que llegan a esta orilla del Mediterráneo.
   El material más denso suele quedarse en el fondo. Recojo aquí unas muestras de ese oro joven.
        
Quisiera que volvieras a dolerme
porque es mejor tener un moretón
que un vacío.

Pero a esta verdad la aplasta la certeza
de que es mejor tener las manos vacías
que cargadas de escorpiones.

(MARÍA ESCRIBÁ, 2000)


El porqué de sentirme como una amapola en medio de un huracán, que sobrevive con un último pétalo.

(KONSTANCIA ALEKSANDRA KADZIEL, 2000)


Cuando el mundo está al revés
es más fácil matar
y querer.

(MARIO MUÑOZ, 2001)




   Y el mejor poema de toda la antología:


FASE O COMA

Siempre he odiado los atardeceres
y ahora me lo imagino todo naranja

intentando encontrar los materiales con los que incendiarme,
aunque de momento sólo tenga una canción de veinte mil pasos
y un paseo de tres minutos.

He perdido mi camino
y parece que dejar de pensar no funciona.
Soy una cara más angustiada,
sin importancia en medio de la multitud.

Quiero vivir en treinta y ocho segundos,
ni un cuarto de la canción.
O dormir hasta que el ruido del corazón deje de molestar.

No hay manera, no hay salida.
Me hago una reverencia y quedo impresionada.
Olvida tus sueños,
sujétate el pelo,
continúa.

(CLARA HERRERO CELDRÁN, 2000)

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