El sentir de las mujeres de Nativel Preciado.
He echado en falta algo fundamental para el análisis
sociológico en el que, se supone, quiere incidir este libro: la consulta a
mujeres anónimas. No digo que ese tramo del libro deba ocupar el 50% del texto,
pero quizá no es del todo consistente el hecho de que Nativel Preciado sólo
cite o escriba sobre mujeres célebres, cuya cotidianidad adulta no guarda mucho
parecido a la del resto de millones de mujeres del planeta, o incluso los
millones de mujeres occidentales. No sé. El título de la obra es extraño, por
otra parte, aunque reconozco que tiene anzuelo periodístico, y de eso Preciado
sabe un rato largo.
Sin intención alguna de meterme en harina, copio un
fragmento del capítulo titulado “Protagonistas”, que trata el tema de las mujeres
cuyo éxito ha necesitado del ensombrecimiento gustoso del marido:
No es que Concha
García Campoy y Victoria Prego tengan mucho en común, excepto su profesión y el
empeño en poner por las nubes a sus respectivos maridos. Prego, casada por
segunda vez, también con un periodista, Elías Andrés, director de La
historia de la transición, el programa
que hicieron juntos para televisión y que ha sido el más elogiado y el más
premiado de Victoria. No suelen aparecer juntos más que en reuniones privadas y
ambos han decidido que ella dé la cara a la hora de hacer declaraciones o
recoger premios: «Me gustan los hombres silenciosos, inteligentes, recios, que
no se dejan ganar la partida y saben defender su terreno. Es exactamente el
marido que tengo. Soy una privilegiada, tengo la retaguardia bien cubierta. Me
siento libre a la hora de decidir mi vida profesional. Estoy casada con un
señor que tiene mi misma profesión y que, además, es mejor que yo, no sólo
tomando decisiones, sino educando a los hijos, haciendo la compra y, en
definitiva, organizando la vida familiar. Nada me condiciona. Yo puedo decir en
casa: durante tres meses no existo. No pasa nada; solos se organizan mejor. La
tropa está lista para sustituir mis ausencias».
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