Lugar de Natalia Carbajosa.
Gaditana
educada entre Zamora y Salamanca, a esta doctora en Filología Inglesa y profesora
de la Universidad Politécnica de Cartagena le lleva dando el aire de levante
desde hace, al menos, un par de décadas.
Acumula
una importante obra como traductora, ensayista y divulgadora cultural. A los
escritores que son traductores les pasa que no leen como los demás. Se pueden
enamorar de algunos de los originales a los que traducen. Creo que Natalia
tiene varias “amantes”, sobre todo en la poesía del siglo XX, y la mayoría,
como es lógico, “amantes” en lengua inglesa: Kathleen Raine, Dorothea Tanning,
Ruth Weiss, Maya Angelou, Elizabeth Bishop, Denise Levertov, Hilda Doolittle,
Emily Fragos, Rae Armantrout, Lorine Niedecker, Elise Cowen,
Diane di Prima...
Veo,
tras haber leído toda su obra poética hasta ahora, que esas inmersiones de
enamorada lectora/traductora han influido en su personalidad creadora. Noto
cómo la poesía de Natalia ha ido evolucionando desde un simbolismo más denso
hasta un acercamiento a la vanguardia lingüística, una especie de estilización
filosófico-poética. A ello ha ayudado también la lectura de escritoras, así, en
femenino, que ha ido aumentando desde la juventud hasta ahora. Lo ha hecho de
una manera íntima. Conozco a Natalia desde hace unos quince años y ya entonces
la veía nombrar y recomendarme a muchas escritoras que leía en su lengua
original y pretendía traducir.
Sobrevuelan
en cada una de sus páginas los conceptos esencialistas del lugar y del tiempo. Este
libro, de hecho, es un canto a la presencia.
Me
han espoleado sobre todo ‘Madre, hermanas’ (se dirige a ellas como las jóvenes
protagonistas de las jarchas), porque para Natalia el silencio es un alimento;
la intertextualidad con Tranströmer, su mudez, en ‘Al poeta preso de su cuerpo;
los expansivos juegos sintáctico-políticos; o ‘Kandinskiana’, que intenta
reproducir en verso un cuadro del pintor moscovita.
Copio
el mejor, ‘Amor’, tema tratado con una sabiduría magnífica.
AMOR
Una casa espaciosa
va contando
grietas, puertas que cierran mal
la reparamos
con idéntico mimo
que si fuera un bebé delicado
cuando seamos viejos
y nos falte energía
para tapar nuevas grietas
lo llevaremos al cuarto más pequeño
donde atenderlo mejor y allí nos seguirá
pareciendo
grande
Comentarios
Publicar un comentario