25/1/2020


   Afectos de lejano alcance de Elena Trinidad Gómez.
   Guardo un sentimiento cercano a lo paternal con el debut de la joven Elena Trinidad. Tuve la suerte de impartirle clase cuando ella era una estudiante de bachillerato y tímidamente le troceé, diseccioné y volteé en una hora algunos de los poemas seminales que ella me enseñó tímidamente. Posee un carácter propio que no tiene otro objetivo que crecer y fortalecerse. Deseo que las cicatrices que le esperan en esta senda elegida cierren bien, para enriquecerla y no para desencantarla.

XVI

Mamá mira a Cristo como quien pide
perdón por los males de esta vida.
Como si todo fuera su culpa en la
conciencia del eterno pecador.
Y tú me agarras la mano,
me invitas con ternura a acercarme a
tu figura trágica, de huesos fuertes a
pesar
del paso de los años, algo triste.
Y me miras, y en tus ojos
veo el desgaste de querer,
pero más aún de dejar marchar.
Y yo también miro al madero,
en espera de que cese de sangrar
la herida que nunca se cierra.



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