Un árbol en otros de Alberto Chessa.
El libro menos
solemne y, sin embargo, con más hallazgos de Chessa, amigo y compañero
generacional.
A una parte de
esa generación, los periféricos que, por más puertas que tocamos no fuimos
invitados a cortar ninguna tarta del festín, nos hace un traje que ni Pertegaz.
LUZBELIA POÉTICA
No, ya es difícil que
seamos
esos poetas que
soñamos ser.
El que no tiene hijos
tiene años,
y algunos los tenemos
a los dos.
No seremos ni un
nombre,
no cantarán ni un
verso nuestro.
Nuestros libros son
pasto del olvido.
Nadie sabrá qué fuimos
y mucho menos quiénes.
Puede que todavía dure
un tiempo
(a lo sumo una década,
no le aventuro más)
el hechizo de vernos
como ángeles sin trono,
ignífugos luzbeles que
aguardan su desquite.
Y, mientras nos
armamos para aquella batalla,
y maldecimos uno a uno
a todos los que hoy se
sientan a la diestra
de antologías,
premios, festivales
y editoriales que jamás
nos llamarán
(huelga aclarar que
todos, uno a uno,
corruptos,
paniaguados, vendeversos
y restos de
improperios que los carga el diablo),
qué coño, nos ponemos
otra copa.
Bebemos hoy para
olvidar
que somos ya lo que
seremos.
Bebemos para no acordarnos
del día que pasó sin
darnos cuenta.
Por no ser, no seremos
los que esta noche
lloran el fracaso
ni los que despertaron
del ensueño.
Ya ni siquiera
moriremos jóvenes.
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