4/7/2020


   El corazón del claroscuro de Miguel Ruiz Martínez.
   A veces, sólo a veces, siente uno agradecimiento por que se recupere la memoria poética de un autor que, de haber tenido más ambición por su propia celebridad en vida, habría llegado seguramente a los ojos y al corazón de no pocos lectores. A veces, sólo a veces, hay que agradecer la generosidad de descubridores y protectores de tesoros como Ada Soriano, José Manuel Ramón o José María Piñeiro, a agitadores culturales como José Luis Zerón Huguet, que desde la revista Empireuma convocara e informara al mundo de la existencia de estrellas rutilantes que dibujaban el mapa lírico y metafísico de su provincia alicantina. A veces, sólo a veces, debemos reconocer a instituciones —en este caso, el Ayuntamiento de Redován y la Fundación Cultural Miguel Hernández— el hecho de que se puedan desempolvar y gozar poemas como este:
 
LAS HORAS DEL CRISTAL
 
La pared del deseo
más quieto nos arrastra
a la hoguera cristal del viento helado
a los campos de piedra y blancas hojas
 
excavas en mi carne
su solo abrevadero
yo que hago de la sed la despedida
la despedida que hay en toda espera.




   Ladera de tu hondo es el libro menos destacable, más denso, de imagen y de sintaxis más alambicada. En Prosas finas se percibe una concepción del mundo en el que hay un peso fuerte de Heráclito:
 
Qué será de nosotros
cuando venga el tiempo que nunca viene
porque somos ese tiempo que ya está aquí y siempre está viniendo y nunca viene
su sudoroso hielo goteando hoy desde mis cuencas sobre estos arroyos
 
   Se suceden las lecturas y las múltiples experiencias vitales. Quizá por eso Miguel Ruiz ahonda en el bucolismo y en la fusión del alma con el paisaje de cerros y mojones en En tu punta lugar.
   Entre sus libros póstumos —Boria de la heredad, La peña en que me amparo, Elegía intermedia, Datura supurando— hay dos versos que podrían funcionar como epitafio, concentran toda la cosmovisión poético-filosófica de Miguel Ruiz Martínez:
 
¡Ser de aquí siempre,
estar aquí como si no estuviera!

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