6/7/2020


   El lamento de la bestia de Antonio Marín Albalate. Mi querido Antonio es una fábrica de sobreproducción versal. Ya he perdido la cuenta de sus libros publicados. De este, el poema que destaca muy por encima del resto es ‘La cita’, por mantener esa exposición tan “albalatista” de la prosa de la vida.


LA CITA
 
Como tantas noches, una vez más,
quedamos en nuestro sitio de siempre.
Me siento en la terraza a esperarte,
y pido una cerveza.
En pantalla de plasma,
el fútbol una vez más.
Lo miro indiferente mientras pienso
en este país como un inmenso
campo de balompié donde, salvo
pegarle patadas a una pelota,
apenas nada importa.
 
Pasan ya veinte minutos de la hora
en que nos citamos y no apareces.
Veo venir un camarero que me avisa:
«La mujer que va contigo está dentro».
 
Abro la puerta hacia donde empiezas tú
y termina el fútbol.
Pido más cerveza para celebrar
que acabó el partido.
Y volvemos a brindar por la vida
mientras suena Nacha Pop:
Un día cualquiera no sabes qué hora es...
Hablamos del paro y del desamparo
—tanta gente saltando al vacío—,
y de la miseria y de los miserables,
del tiempo que es en suma una resta.
 
Hablamos, mi amiga,
en este sitio donde nos conocen
camareros, clientes habituales,
cristales y paredes.
 
Y salimos a la calle cogidos
del brazo, qué locos estamos, riéndonos
como si el uno del otro fuéramos
—«la mujer que va contigo está dentro»—
ante los ojos de los otros, cuando
sólo somos sombras de una soledad
de nicotina
                 y versos quebrados.


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