El ministro francés de Educación señala
que el lenguaje inclusivo es un obstáculo para la lectura y la comprensión de
la escritura, por ello el gobierno de Francia lo prohíbe oficialmente en el
ámbito escolar. Buen zarpazo para aquellos españoles (demasiados aún)
acomplejados que tienen siempre a Francia en la boca como ejemplo de la más
alta modernidad cultural. Afrancesados se llamaban. Y se llaman.
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