13/9/2021


   Rechina y me incomoda escuchar hablar a las dos alcaldesas innobles de Cartagena con tantas eses finales. Resulta impropio y forzado. En esta zona, si se utilizan las eses finales, se hace de manera más relajada, no tan enfática. En ciudades costeras como la mía han llegado tantos acentos como aventuras históricas, por lo que nuestra locución popular prescinde de musicalidades y florituras.
   También, cuando escucho al Concejal de Cultura leer papeles —que no hablar directamente, porque de oratoria poco controla el muchacho— en un acto público, me parece que estoy oyendo al mítico presentador Fernandisco, de los 40 principales, instándote a que escuches el último éxito de la semana.


Comentarios