Escribo mentalmente en todos los
rincones de mi casa, durante todas mis acciones domésticas, en los descansos de
mi trabajo, en los hoteles cuando viajo, cuando paseo por un museo, por un
parque, cuando estoy sentado en un concierto, una conferencia, un recital en un
bar o en un centro cultural. A todas horas, todos los días.
Sólo tecleo realmente frente a la pantalla de mi ordenador, en mi escritorio, en la cueva, la fortaleza de la soledad.
Sólo tecleo realmente frente a la pantalla de mi ordenador, en mi escritorio, en la cueva, la fortaleza de la soledad.
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