12/11/2021


   Cada vez que escucho a un colega escritor afirmar, alabando alguna obra que le cambió la vida, que «este libro debería ser lectura obligatoria en todos los centros de Secundaria para que los estudiantes se den cuenta de...» se me activan de inmediato tres alarmas:
   1ª) Que ese escritor no ha pisado un aula de Secundaria, como docente, en su vida. Y si lo ha hecho, se retiró pronto de tal actividad.
   2ª) Que ignora por completo la sucesión de programas educativos legislados en España desde 1970 hasta hoy.
   3ª) Que, para ser escritor, no conoce ni se ha molestado en analizar en profundidad la sociedad juvenil actual, que será la sociedad adulta del mañana.


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