5/7/2022


   Por azares del algoritmo, me he suscrito al canal de una chica rural extremeña que explica al público curioso su cotidiana vida en el Valle del Jerte. Esta mañana, mientras calentaba café con leche, preparaba unas tostadas con aceite y pelaba dos paraguayos, he estado viéndola por la pantalla. La entrada de hoy era una merienda veraniega con su madre al frescor del campo recién regado. Ambas daban detalles de cómo era la fiambrera que habían llevado y de lo que iban a comer: cachos de queso, tomate, una berenjena y un par de cervezas. También percibían la cara ansiosa de los perros al oler los alimentos expuestos...
   Así que he desayunado hoy viendo cómo ellas merendaban el día anterior, y era tal la simple paz que transmitían estas dos rústicas mujeres, su bienestar y su conversación, que me he dado cuenta realmente del inicio de mis vacaciones y les he dado las gracias con el pensamiento.


Comentarios

  1. Los profesores y sus envidiadas vacaciones... ;-)

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    1. Nos ponen en el mismo centro de la diana de la envidia, efectivamente. Eso sí, a primeros de septiembre se les quita la envidia por arte de magia. ¿Por qué será?

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