Y, al fin, otro virgo lector
hecho pedazos dieciocho años después de su publicación: Diarios de Arcadi Espada. Aquí no hay una prosa ensayística fruto
de un método explicativo, ni mucho menos didactismo. Es solo viva reflexión
sobre la estulticia y la confusión que inundan el presente, aspereza, punzón en
mano. Me chiflan algunas perlas rescatadas.
El diálogo es una de las técnicas fundamentales, junto al punto de
vista omnisciente, que el periodismo ha importado de la novela realista.
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Hay días que la información es solo propaganda y la propaganda solo
información. En general la propaganda en la prensa es cada día más informativa
y menos seductora, y la información todo lo contrario.
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La CNN es la cadena perpetua.
La misma tarde del 11 de septiembre sacaron unas imágenes donde un
grupo de palestinos se alegraba de que la muerte colectiva hubiese llegado a
América. Creo recordar que incluso disparaban al aire, presos del contento. La CNN dice ahora que esas
imágenes no eran falsas, como se ha publicado en algunas páginas digitales.
Por
supuesto, la cadena perpetua no reconoce que esas imágenes son radicalmente
falsas, cualquiera que haya sido su génesis. No reconoce el miserable uso
sinecdótico que hizo de una docena de palestinos, convirtiéndolos en contrapeso
del mundo (¡hay que mostrar todas las opiniones!) y provocando que por su boca
riera toda Palestina, estigmatizada como la nación de la infamia. Ese periodismo
como un terrorismo, que solo trabaja con símbolos.
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Hay días que la información es solo propaganda y la propaganda solo información. En general la propaganda en la prensa es cada día más informativa y menos seductora, y la información todo lo contrario.
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Por supuesto, la cadena perpetua no reconoce que esas imágenes son radicalmente falsas, cualquiera que haya sido su génesis. No reconoce el miserable uso sinecdótico que hizo de una docena de palestinos, convirtiéndolos en contrapeso del mundo (¡hay que mostrar todas las opiniones!) y provocando que por su boca riera toda Palestina, estigmatizada como la nación de la infamia. Ese periodismo como un terrorismo, que solo trabaja con símbolos.
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