27/1/2013


   Adoro escribir mientras escucho música. A cualquier hora estoy escuchándola desde que era niño. Espero morir haciéndolo. Mirando el catálogo de una exposición he puesto a Cabezón. Me interesa encontrar vínculos entre la pintura y la música, como el color o la tonalidad. Un motete de Antonio de Cabezón me transmite la paleta entera de Tiziano.
   Un verso intenso de García Lorca es a la poesía lo que un acorde de João Gilberto a la música moderna. La realidad, a través de la metáfora, queda transformada. La realidad sónica de la guitarra de João Gilberto tiene otra temperatura, es más colorida, más densa que otras realidades sónicas.
   No ha de extrañarnos que Leonard Cohen fuera un prestigioso novelista antes de componer Songs of love and hate, ni que Jim Morrison tuviese la intención de curtirse como escritor cuando decidió ir a vivir a París. El jazz es lírica en un pentagrama; la poesía es casi siempre un pensamiento rítmico de la palabra.


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