14/12/2013


   Je me souviens [Yo me acuerdo] es el título de una obra de Georges Perec, uno de los más lúcidos peones del lenguaje a las órdenes vanguardistas del Ouvroir de Littèrature Potentielle (OULIPO). En este libro hay 480 anotaciones de apenas unas líneas en las que el escritor se acuerda de imágenes de su vida, desde las más elevadas a las más cotidianas. Cada anotación empieza con la construcción nemotécnica «Me acuerdo de».
   He decidido experimentar con algunos alumnos explicándoles quién era Georges Perec, haciéndoles meterse en su piel durante media hora. He planteado que escriban anónimamente muchos me-acuerdo-de y ha habido resultados tan peculiares como significativos:
   «Me acuerdo de que cuando era pequeña no conocía la vergüenza y me autopresentaba a todo el mundo sin descanso y sin criterio. Me acuerdo de cuando pensaba que el semen era algún licor exótico. Me acuerdo de cuando creía que los bebés nacían de las semillas de las palomitas. Me acuerdo de cuando pensaba que dentro de la barriga había una ratita que clasificaba la comida en cestas diminutas. Me acuerdo de cuando mi padre olvidó a mi madre. Me acuerdo de cuando creía que Dios existía viviendo escondido tras una nube. Me acuerdo de cuando soñé que mis padres se convertían en cucarachas gigantes. Me acuerdo de cada vez que mi madre le calculaba el azúcar a mi abuelo».
   Los padres siguen ahí. ¿Hay que matarlos otra vez? ¿Hay que estar matándolos siempre?


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