27/10/2015


   He leído la novela Entre los vivos. No sé por qué me atraen los escritores “tardíos”, al menos en cuanto a publicación se refiere. Ginés Sánchez ha vivido muchas experiencias en todos los órdenes por diversos países desde que dejó su profesión de abogado. Ahora, acumulado todo ese bagaje y digeridas múltiples aventuras capitales, se ha sentado en un escritorio para dar rienda suelta a las hazañas decadentes de César Gálvez, «Gusanito», un treintañero de provincias desorientado en el corazón salvaje de una crisis económica y, sobre todo, moral.
   He empezado a leer a este autor al revés y me han dado ganas de ir a comprar sus dos novelas anteriores: Lobisón y Los gatos pardos. Esa apetencia no ocurre siempre, sólo pasa cuando te has sentido atraído y cómodo en unas páginas que juegan a la ambigüedad entre la decencia marginal, la épica de videojuego, el sosiego del amor y la supervivencia anárquica.
   Por «Gusanito» se cruzan las relaciones con su familia, con su amigo Montoya, con Raquel, con Nadiezda y con Janislyn. Sufre un dolor acumulado que no parece tener fondo y no queda más alternativa que pasar a la acción.
   Aquí hay adrenalina. Hay suficiente rock and roll.


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