31/12/2015


   En el verano de 1998 me puse a trabajar con el cantaor Curro Piñana letras de mineras, campanilleros y granaínas que yo escribía para él, así como a adaptar a siguiriyas, malagueñas y soleás poemas de San Juan de la Cruz, Borges, Omar Khayyam… Hasta con versos de James Joyce me atreví, que fue cuando Curro tuvo que frenarme porque se me estaba yendo la cosa de las manos.
   Anécdotas aparte, a Curro le entusiasmó la adaptación entera que hicimos de Para las seis cuerdas, el libro de Borges con mayor quejío. Fue fácil trasladar a los cuchilleros de La Pampa hacia los campos, valles y llanuras del sur de España. Colocó como primer tema en su disco De la vigilia al alba (2004) la adaptación que hicimos de ‘Milonga de Albornoz’ de Jorge Luis Borges, convirtiéndola en bolero. Ahí está para quien la quiera disfrutar. Un trabajo musical excelente.




   Hoy, sin embargo, he visto un directo de 2008 en La Alhambra, donde el maestro Curro interpretó libérrimamente el final de la ‘Milonga de Albornoz’ junto a la laudista y cantante siria Waed Bouhassoun. Una exquisitez que, gracias a internet, se nos permite ver una y otra vez a los que no pudimos estar allí ni llorar su belleza a la manera de Stendhal.

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