22/1/2017


   Me gustaba Emily Fragos, pero hasta ahora sólo había podido leer poemas sueltos, de los pocos que se habían traducido al español. Gracias a su traductora, Natalia Carbajosa, colaboradora habitual de El coloquio de los perros desde su fundación, pudimos publicar a la primera Emily Fragos en la revista que co-dirijo. Los poemas fueron ‘To Pavese’ y ‘Little O, Earth’. Después llegó la antología Women rowing [Mujeres a los remos], publicada por la editorial mejicana Mantis.



   Con Rehén he saboreado, por fin, un libro entero de ella. Deseo que sea el inicio de un continuo proceso de versión al español de la sutil obra de la estadounidense. Sutileza demostrada, por ejemplo, en esta protesta animalista, que observamos en otros poetas tan viciada en el planfleto o en la azucarada evocación infantiloide:


EL SÓTANO

Bajo la verja candada, lloran los animales.
Los oyes mientras esperas y cuando por fin llega el autobús,
y te subes. Eso fue hace años. El sótano
pasó a manos de nuevos tenderos, uno tras otro,
que fracasan y son reemplazados. Ni siquiera el hermano egoísta,
el vecino chiflado, el criminal en su celda con la cara tatuada
de azul, ha consentido jamás que un ser vivo muera de hambre
como tú has hecho. Quién lo sabe excepto tú y el africano
que se ríe con su diente de oro y su candado.

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